La vida es una cárcel con las puertas abiertas (A. Calamaro)
Escrito del 20/12:
Me hice una escapada esta mañana, pq sabiendo q los albañiles y plomeros se podían manejar tranquilos sin mí por veinte minutos, me tentó la idea de contemplar el mundo desde la plaza cercana a la casa de Paloma, Martín, Lucía. Linda plaza, chiquita pero tranquila, con unas hamacas de estructura petisa que hacían el vuelo acotado pero veloz. Amo hamacarme, es de la familia del aire, del trapecio, la tela, pero con más juego, de pura emoción. Por las razones ya mencionadas de estructura, poco pude hacer más que balancear; pero el balanceo es la base de todo placer sobre la hamaca, el alternar los movimientos, las posiciones del cuerpo, en armonía con el punto más alto en que el peso no existe, el corazón se para. Sentir ese instante eterno dónde sólo hay alma es la frutilla de un postre a mi juicio valioso. Sin embargo entiendo que mucha gente no lo sienta así, cuando pienso el risible asunto de la madurez, la aparentada madurez. Que faltos de argumentos son quienes enparentan madurez o inmadurez con ciertas actividades, aficiones o costumbres. El mayor error es guiarse por estereotipos que se manejan de una u otra manera ante la vida, de cuán habilidosos o entendidos, incluso los pasatiempos! Por dios, no podemos aceptar moldes de lo que debe ser un humano adulto. ¿Parece que me fui por las ramas? No lo creo, todo me lleva a pensar que está intrinsecamente relacionado con un problema real de "lo social", el sistema. Nos invita a hacer lo que queramos, pero al mismo tiempo mediante infinitos recursos nos condiciona, nos encamina hacia un dogma menos diverso y plural de lo que parece. "La vida es una cárcel con las puertas abiertas" canta Andrés en "Media Verónica". Todos tenemos contacto con esta realidad y el no hacer nada es tomar partido, una postura conformista frente a una situación que no merece conformidad alguna. Desde lo personal trato en lo cotidiano de ser consecuente con lo que pienso y acá volvemos a la plaza, a la hamaca... Desde subirse a un árbol, tomar unos matés sentado en la vereda, gritar de emoción al sentir el viento por la ventanilla de un auto, a trabar relaciones horizontales dónde se respete al máximo la libertad, y me refiero a dejar ser como son a los demás, de no esforzarse por encajar. Volviendo de las ramas al tronco veo que el aspecto lúdico del ser humano en general parece ser inversamente proporcional a su madurez, correspondiendole a esta, en función del tiempo objetivo transcurrido desde su nacimiento, determinados logros alcanzados, determinadas pasiones, emociones relaciones... Saber apreciar al niño interior de la hamaca es completamente independiente de la madurez, es algo que me gusta porque sí, porque realmente me surje, y ahí reside lo importante de la actividad. Sol en la cara, mucha velocidad, el instante de flotar (holaaa, vengo a flotar? ^^), rozar el pasto largo con los pies... Eso es libertad! Sin madurez la libertad asusta, molesta, mejor un Papá, un Dios o un estado que te marquen el camino del bien... JA!!!
LINKS:
Videos en vivo:
Media Verónica
La Libertad
Etiquetas: Experiencias